La Asociación para la Promoción Turística de la Ruta de la Garnacha nace por la necesidad de promocionar el turismo en la Comarca Campo de Borja y Tarazona y el Moncayo vinculando el crecimiento de este al sector vitivinícola. La Ruta de la Garnacha forma parte del reconocido Club de Producto Turístico Rutas del Vino de España, coordinado por ACEVIN y la Secretaría de Turismo del Estado (Ministerio de Industria, Energía y Turismo).
El viajero que llega a estas tierras de las comarcas de Tarazona y el Moncayo y Campo de Borja, encuentra un territorio sorprendentemente diverso, que se extiende desde la ribera del Ebro hasta las cumbres del Moncayo. Entre ambos, el valle del río Huecha y los Llanos de Plasencia, pinares, encinas y olivos. Es aquí donde estas tierras se llenan de orgullo al mostrar su seña de identidad: los viñedos con los que se elaboran los cada vez más prestigiosos vinos de la Denominación de Origen Campo de Borja. La naturaleza dotó a esta zona de un clima y unos suelos idóneos para el cultivo de la vid, y a lo largo de la historia sus habitantes lo han sabido aprovechar. Ahora esta tierra da un paso más, guiando al visitante en un viaje hacia el misterio de un territorio que vive por y para el vino.
El Imperio de la Garnacha tiene casi 8 siglos de edad; los viñedos más antiguos de la D.O. datan de 1145 y de las 5.000 hectáreas de garnacha, más de 2.000 tienen edades comprendidas entre 30 y 50 años. Sus producciones son bajas, pero inmensamente apreciadas enológicamente, por la complejidad estructural y aromática que proporcionan a los vinos.
Estos caldos con denominación de origen son un grato acompañante de las tostadas con aceite de la D.O. Sierra del Moncayo, de las trenzas de Borja, los quesos de cabra moncaína y de los productos de la huerta de la Ribera del Ebro entre otros.
El Monasterio de Veruela, que alberga en su interior el Museo del Vino del Campo de Borja, es una de las maravillas arquitectónicas de esta ruta del vino. Paseando por los diferentes municipios, el arte salta de la I Época del Hierro (Yacimiento de Burrén), a la Judería de Borja o al mudéjar aragonés de la Iglesia de Santa María en Magallón. Pero sin duda, el exponente arquitectónico por excelencia, son las históricas bodegas en cerro, que pueblan los cabezos cercanos a los municipios, donde las familias llevan siglos conservando el vino.
El recorrido que aparece en la cartografía es meramente representativo, ya que existen muchas otras opciones de enlazar las poblaciones con vinos de la Denominación de Origen Campo de Borja, como por ejemplo unir Borja y Ainzón por la A-1303, llegar desde Magallón a Fuendejalón por la A-121 o enlazar Magallón con Pozuelo de Aragón por la mencionada anteriormente A-1303.

Iniciamos el recorrido en la Comarca de Tarazona y el Moncayo, concretamente desde el monumental Monasterio de Veruela que, como ya hemos dicho, alberga el Museo del Vino del Campo de Borja.
Desde el monasterio continuamos hasta la cercana población de Vera de Moncayo para visitar la bodega Pagos de Moncayo cuyos viñedos son trabajados de forma tradicional para elaborar un producto que conserve el más puro sabor de esta tierra de Tarazona y el Moncayo; y las bodegas en cerro, cuyo patrimonio arquitectónico atribuye un claro rasgo diferenciador a la Ruta de la Garnacha.
Siguiendo la N-122 abandonamos la comarca de Tarazona y el Moncayo y entramos en la de Campo de Borja. El primer pueblo a visitar es Bulbuente donde encontraremos varias bodegas en cerro, al igual que en las cercanas poblaciones de Ambel y Maleján.
Todas estas construcciones tradicionales tienen una estructura similar formada por un pórtico, una puerta y caño, salones de bodega y sacristías y capillas, que son pequeñas habitaciones laterales.
En Borja, capital de la comarca, encontraremos las Bodegas Borsao, líder en vinos de uva Garnacha y bodegas en cerro.
En Albeta y Magallón también podremos disfrutar de estas tradicionales construcciones que tanto han aportado a la D.O. Campo de Borja. Además, en Magallón se encuentra la bodega Ruberte que ofrece visitas guiadas para conocer todo el proceso de recepción de la uva y vinificación, acompañado de una cata en la sala de degustaciones.
En Bureta y Ainzón también se conservan las afamadas bodegas en cerro. En este último pueblo también podemos visitar la bodega Bordejé, antiquísimo viñedo fundado por Nicolás Bellido en 1770 que continúa elaborando vino guiándose simpre, generación tras generación, por el objetivo de producir unos vinos de máxima calidad y la Cooperativa Crianzas y Viñedos Santo Cristo cuyos vinos están obteniendo un alto reconocimiento tanto en el mercado nacional como en el internacional gracias a la cualificación profesional y a la gran dedicación.
Las tres últimas poblaciones que faltan por visitar son Tabuenca, Fuendejalón y Pozuelo de Aragón, donde culmina la ruta, y en todas ellas existen las bodegas en cerro. Además, en Fuendejalón se encuentra Bodegas Aragonesas cuyo seguimiento del crecimiento, sanidad y calendario de vendimias les permiten garantizan la calidad de la uva y su recogida en el momento exacto de maduración.
A lo largo de la Ruta de la Garnacha encontraremos una amplia oferta de actividades relacionadas con el turismo activo, cultural y gastronómico, tales como:
- Cursos de Cata en el Museo del Vino
- Catas de Aceite en Almazara Oliambel
- Recorridos entres viñedos
- Escapadas románticas
- Rutas culturales por la antigua Bursau
- Compra de pastas artesanas y roscos de vino
- Visita a la Casa Palacio de los Condes de Bureta
- Cata de vinos, aceites, quesos, ibéricos, chocolates y cervezas
- Turismo activo: nordik walking, equitación, descenso en piraguas por el río Ebro, segway, astronomía, rutas en 4 x 4, tiro de trineos con perros…