La comarca de Tarazona y el Moncayo, con el majestuoso Moncayo como guardián de todos los cultivos y pastos, proporciona un sinfín de sabores y colores, donde la despensa resulta tan abundante como atractiva.
El recorrido nos lleva a saborear algunos de los productos y platos típicos de la comarca.

Comenzamos la ruta gastronómica en Vierlas, donde se lleva a cabo un encuentro vitivinícola para recordar los tiempos de la vendimia, la pisada de las uvas. Para esta celebración que tiene lugar en octubre, se cuenta con la colaboración de las bodegas que se ubican a las afueras del municipio, con la intención de dar a conocer y revalorizar el vino de la Ribera del Queiles, como un producto que, bajo la etiqueta de ‘Vinos de la Tierra’, busca convertirse en motor de dinamización turística, económica y sostenible de la zona.
No podemos pasar por Malón sin visitar el restaurante Silbis, un establecimiento de nueva creación, donde podremos disfrutar de unas exquisitas judías traperas del Moncayo, muy utilizadas en todo tipo de guisos. Además, desde este lugar podemos admirar inmejorables vistas del Moncayo y la comarca.
Los principales cultivos de Novallas, situada en la orilla izquierda del Queiles, son el olivo, el almendro y el cereal. Muestra del arraigo y buen hacer de la gente de estas tierras es el aceite Virgen Extra San Marcial, elaborado artesanalmente y con Denominación de Origen Aceite Sierra del Moncayo desde 2011.
En Tarazona también encontraremos esta denominación de origen de aceite en la Cooperativa Agraria San Atilano, que distribuye la marca Silbis. Otro aceite de gran calidad es el Olituriaso, de la almazara tradicional La Verónica. Siete generaciones avalan la historia del trujal, donde todavía utilizan la maquinaria del siglo XIX. Las prensas empleadas datan del año 1880, siendo la última fábrica de la zona que aún utiliza el sistema de presión en frío, que consigue aceites más densos y frutados.
En la tienda Sabores del Queiles, situada en la plaza de España de Tarazona, podemos adquirir frutas, verduras, productos de la tierra y alimentación ecológica. En la calle Marrodán encontraremos la tienda de alimentación Javier Hernández, un sitio idóneo para hacernos con un buen jamón o un rico queso. Si lo que nos apetece es algo dulce, debemos pasarnos por la panadería Carcavilla de la calle Visconti, especializada en la elaboración propia de magdalenas y tortas de nuez; o por la panadería del Río, en la calle Marrodán, que con tres generaciones de experiencia a sus espaldas puede presumir de sus tradicionales tortas de nuez, mantecados y magdalenas de molde.
En Tarazona también podemos degustar un excelente menú elaborado con el recetario tradicional sefardí en el Hotel Brujas de Bécquer, unas impresionantes colmenillas rellenas de foie en el restaurante Saboya 21 o degustar unas pencas de cardo rellenas. Un ejemplo de cocina variada y moderna de productos de calidad es la del restaurante del Hotel La Merced de la Concordia y sin duda uno de los mejores y más variados menús del día de la comarca está en el restaurante El Galeón.
Desde Tarazona nos vamos a Los Fayos para probar el rico chorizo que ofrecen en la casa de turismo rural El Cantón. Tras callejear y disfrutar del curioso paisaje del pueblo, continuamos hasta San Martín de la Virgen del Moncayo.
Esta localidad se ha convertido en un referente para buscar y degustar exquisitas setas en los tres restaurantes del pueblo. Así, en El Fogón podemos encontrar menús micológicos en las jornadas de primavera y otoño; el restaurante La Flor ofrece menús degustación de setas y jornadas micológicas a partir de octubre; y también podemos disfrutar de estas pequeñas delicias en el hotel Gomar.
Lituénigo también es un buen lugar para apreciar los productos de la tierra, tales como los embutidos artesanales Los Camilos o la miel producida y recogida por los apicultores del pueblo.
Cerca se encuentra Trasmoz. En esta villa, conocida por sus mitos y leyendas, se sitúa la pequeña y tradicional quesería "El Acebo de Moncayo", cuyos productos son totalmente artesanales y están elaborados con ingredientes naturales. Para estimular el sentido del gusto también encontraremos las mermeladas de autor Bubub, combinaciones imposibles, imaginación y un estilo muy cuidado que deleitarán a nuestro paladar.
Nos vamos ahora a Vera de Moncayo, donde culmina esta ruta gastronómica, para homenajearnos con los vinos de la bodega Pagos del Moncayo, cuya elaboración se basa en la experiencia y en la incorporación de nuevas tecnologías. En las tierras de esta bodega se cultivan las variedades de Garnacha y Syrah, uvas que sin duda conforman la personalidad de todos sus vinos.
Podemos acompañar estos caldos moncaínos con algunos de los productos de la panadería Hermanos Azagra o con las trufas que ofrecen en la casa rural La Casa del Carpintero, recolectadas por su propietario Eloy, además de las cultivadas en su plantación.
En Añón de Moncayo podemos encontrar una variada representación gastronómica de los productos de la tierra como el ternasco, cabrito, judías traperas y verduras de la zona que se pueden degustar en el Hotel el Comendador y en un pequeño bar de temporada que se abre junto a las cuevas de Añón.
Finalmente, para degustar uno de los platos más tradicionales de la zona como son las migas a la pastora podemos visitar los restaurantes del Santuario en Moncayo, Agramonte o el Molino de Berola en Vera.